martes, 17 de septiembre de 2013

TERCER TRABAJO

Actitudes: estructura y funciones

1-      INTRODUCCIÓN
Las actitudes expresan la atracción o la repulsión, el agrado o el desagrado, la aprobación o la desaprobación, el amor o el odio, que sentimos hacia algo o hacia alguien. Reflejan las valoraciones que las personas tienen sobre los distintos objetivos de actitud.
Las actitudes pueden expresarse de diferentes formas, fundamentalmente a través de las emociones, de los pensamientos o del propio compartimiento.

2-      ¿QUÉ SON LAS ACTITUDES?
El estudio de las actitudes ha sido de gran interés a lo largo de la historia de la psicología social. Desde esta disciplina las actitudes son importantes por dos razones principalmente. En primer lugar porque influyen considerablemente en la forma en que pensamos sobre la información social y en como la procesamos. La segunda de las razones por las que son importantes las actitudes es por la influencia que tiene sobre el comportamiento.

2.1- Definición: una actitud es una tendencia psicológica que se expresa en la evaluación de una entidad particular de algún modo favorable o desfavorable. Dicho de otro modo, se trata de una tendencia evaluativa hacia un objeto socialmente relevante. La actitud, como tal, consiste en un constructo psicológico no observable, de carácter evaluativo, que media entre un objeto y las respuestas de la persona ante ese objeto. Las evaluaciones que caracterizan a las actitudes se pueden definir por:

-          Su dirección o valencia: que es la valoración positiva, negativa o neutra que la persona atribuye al objeto actitudinal.
-          Su intensidad o polaridad: que se refiere al grado en que se evalúa como favorable o desfavorable el objeto de actitud (o sea, la magnitud de la valencia).
2.2- Estructura de las actitudes: las actitudes están formadas por tres componentes: el afectivo (sentimientos y emociones asociados al objeto actitudinal), el cognitivo (creencias e ideas acerca del objeto de actitud) y el componente conductual (intención de llevar a cabo un comportamiento o el propio comportamiento). Las actitudes también abarcan los afectos o emociones que provoca en los individuos el objeto actitudinal.
2.3- Propiedades de las actitudes: las principales propiedades que caracterizan a las actitudes son su accesibilidad, fuerza, ambivalencia y el grado de conciencia que se tenga de ellas.
a) Accesibilidad y fuerza de las actitudes: la accesibilidad se refiere a la facilidad con la que una actitud puede ser recuperada de la memoria y uno de sus indicadores es la velocidad con la que la actitud es recordada o activada. Esto es, la accesibilidad se refiere al grado en que las actitudes se activan espontáneamente cuando las personas se exponen al objeto de actitud. La accesibilidad va a influir en la interpretación que las personas hagan de la realidad, así como en el comportamiento, de manera que cuanto más accesible sea una actitud, con mayor intensidad influirá en el comportamiento. Otra de las características de la actitud es la fuerza, que se refiere a la estabilidad y resistencia temporal de la actitud, así como a su impacto sobre el comportamiento. Las actitudes fuertes son más estables (o sea, se mantienen más intactas a lo largo el tiempo) y resistentes (o sea, no cambian ante un intento persuasivo o ante información contraactitudinal, esto es, ante información contraria al contenido de la actitud que se mantiene). A su vez están más relacionadas con el comportamiento en comparación con las actitudes débiles. Asimismo, se considera que cuanto más fuerte es una actitud, más accesible se hace. El que una actitud sea más o menos fuerte va a depender, entre otros, de tres factores: por un lado, si la actitud se ha formado a partir de lo que otras personas nos han contado. Otros de los factores que va a influir en que una actitud sea más o menos fuerte es el consenso social, es decir, mi actitud será más fuerte si creo que la mayoría de la gente piensa como yo. Por último, la importancia que se le dé a la actitud (que no al objeto de actitud) es otra de las características que influyen sobre su fuerza. Cuanto más importante sea una actitud para una persona, más fuerte será.
b) La ambivalencia actitudinal: los objetos de actitud dan lugar a actitudes ambivalentes. La investigación sobre ambivalencia actitudinal demuestra que una persona puede evaluar al mismo tiempo un objeto de actitud como positivo y negativo. Esta ambivalencia es la respuesta evaluativa debilita los efectos de la actitud para orientar la atención, dirigir el procesamiento de la información y predecir el comportamiento futuro de los individuos, además de que dificulta la toma de decisiones sobre el objeto de actitud. La ambivalencia actitudinal también puede ser causada por un conflicto entre varias actitudes relacionadas entre sí. Las persona con una actitud ambivalente pueden acabar de polarizarse en un sentido u otro, eliminando  (o, al menos, reduciendo) así su conflicto.
c) Actitudes explícitas versus implícitas: a menudo podemos expresar de forma consciente y reflexiva cuáles son nuestras actitudes, así como las consecuencias que tiene sobre nuestros comportamientos y/o efectos. A estas actitudes se las denomina actitudes explicitas. Implícitas, las personas no son capaces de identificarlas. Algunos autores consideran que las actitudes implícitas son aquellas cuyo origen no puede identificarse. Las personas tienen claro cuáles son sus actitudes (esto es, se trata de actitudes explicitas), pero no saben su origen. Podría decirse que las actitudes implícitas son aquellas de las que generalmente no se tiene conciencia, ni se conoce su origen ni las consecuencias que tienen sobre el comportamiento.
2.4- Cómo se miden las actitudes: se hace referencia a cómo medir su intensidad, es decir, al grado en que se evalúa como favorable o desfavorable un objeto actitudinal. Las medidas de las actitudes pueden ser básicamente de dos tipos: las medidas explicitas (por ejemplo, auto informes) hacen referencia a juicios evaluativos relativamente controlados, deliberados y conscientes y en ellas se les pregunta directamente a los individuos sobre su actitud.
a) Medidas explicitas o directas
- Escalas tipo Likert: consisten en un conjunto de ítems en forma de afirmaciones o juicios referidos al objeto de actitud, junto a los cuales aparece una escala acerca del grado de acuerdo o desacuerdo con esa afirmación.
- Diferencial semántico: con este tipo de medida se califica al objeto de actitud sobre un conjunto de adjetivos bipolares, uno positivo y otro negativo.
b) Medidas implícitas o indirectas: las actitudes implícitas son evaluaciones del objeto actitudinal que son inconscientes para la persona y que dan lugar a respuestas automáticas (no controladas) que el sujeto no identifica como relacionadas con ese objeto de actitud. En estos casos, evaluar las actitudes con medidas explicitas de autoinforme como las que se han expuesto resulta complicado, pues las personas, al no ser conscientes de ellas, difícilmente podrán dar la información que se les solicita. A veces es conveniente utilizar medidas implícitas para medir actitudes explicitas, dado que las medidas implícitas constituyen evaluaciones más rápidas, menos conscientes y más difíciles de controlar, corregir o ajustar según las expectativas de las personas, las del experimentador o las normas y presiones sociales. Se han elaborado varios tipos de medidas implícitas; entre ellos, lo más empleados son las preexposición o priming y el test de asociación implícita.
- La preexposición o priming consiste en la presentación del objeto de actitud en la pantalla de un ordenador durante unos milisegundos, seguido (en el procedimiento conocido como priming evaluativo) de una serie de palabras (normalmente adjetivos) con carga emocional positiva o negativa.

- El test de asociación implícita también mide tiempos de respuesta de los individuos mediante pruebas realizadas con un ordenador, tratando de comprobar el grado de asociación entre dos conceptos, uno de los cuales será el objeto de actitud y el otro una serie de palabras con diferente tono evaluativo.
3- ¿CÓMO SE FORMAN LAS ACTITUDES?
Las personas tienen actitudes hacia una gran cantidad y variedad de estímulos, incluso sin haber tenido experiencia directa o conocimiento sobre ellos. Algunas de ellas tienen una base biológica, porque en algún momento de la historia de la humanidad se ha favorecido un determinado tipo de actitud para facilitar la supervivencia de la especie. Sin embargo, puede afirmarse que la mayoría de las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje y el desarrollo social. Las actitudes una vez que se forman, se almacenan en la memoria, recuperándose cuando es necesario.
3.1- Origen biológico: hay evidencia de que ciertas actitudes pueden estar influidas por aspectos genéticos. Hay procesos psicológicos que tiene una base biológica, como el temperamento y estos a su vez pueden predisponer hacia determinadas actitudes, como pueden ser las que las personas mantienen hacia algunos deportes. Además, las personas tendemos a formarnos actitudes hacia lo que está relacionado con nuestras capacidades o con nuestras características de personalidad, dándose así una influencia indirecta de los innato sobre las actitudes, si bien esta influencian no es irreversible.
3.2- Actitudes basadas en la experiencia directa con el objeto actitudinal: la propia experiencia con el objeto de actitud puede ser la base sobre la que se forma una actitud. Un claro ejemplo de ello es el llamado efecto de la mera exposición, Zajonc observó que la exposición repetida a un estimulo nuevo es suficiente para que las personas incrementen sus respuestas afectivas y evaluativas hacia dicho objeto.
3.3- Condicionamiento clásico: el efecto de condicionamiento clásico consiste en que la aparición retirada de un evento originalmente neutro, el estimulo condicionado, precediendo o simultáneo a otro estímulo biológicamente relevante y capaza de provocar una reacción del organismo o respuesta incondicionada, hace que la mera presentación aislada del estímulo condicionado acabe de producir también una reacción similar a la RI, conocida como “respuesta condicionada”.
3.4- Condicionamiento instrumental u operante: el condicionamiento instrumental u operante es una forma de aprendizaje en la que la consecuencia es contingente a la respuesta que previamente ha emitido el sujeto.
3.5- Aprendizaje vicario o modelado: cuanto más se identifique la persona con aquella a la que esta imitando, más eficaz será este tipo de aprendizaje. Este aprendizaje de las actitudes se observa frecuentemente en el desarrollo de ideas y creencias, ideológicas políticas, creencias religiosas, etc. En estos casos, parece que el papel de la socialización es más importante que el de la propia experiencia con el objeto de actitud.
4-  ¿PARA QUÉ SIRVEN LAS ACTITUDES?
Algunos autores han propuesto que las actitudes sirven a una variedad de necesidades o funciones psicológicas. Las actitudes ayudan a los individuos a adaptarse al medio, a sobrevivir dentro de él. En definitiva, las actitudes desempeñan en la vida de las personas importantes funciones adaptativas.
4.1- Función instrumental: tiene lugar cuando la actitud sirve a la persona para alcanzar objetivos que le reporten beneficios tangibles o un ajuste a la situación, así como para evitar objetivos no deseados. Dicho de otra forma, las personas desarrollan actitudes positivas hacia lo que les aporta beneficios y actitudes negativas hacia aquello que está asociado con consecuencias negativas.
4.2- Función expresiva de valores: esta función la desempeña una actitud cuando nos permite la expresión abierta de los pensamientos y sentimientos que queremos que los demás conozcan de nosotros.
4.3- Función cognoscitiva: según esta función, las actitudes ayudaran a los individuos a organizar la información que proviene de los objetos de actitud en función de la valoración que se haya hecho de ellos, estructurando y dando coherencia a la sobrecarga de estímulos a los que las personas estamos expuestas continuamente. De esta forma, las personas podrán determinar rápidamente si un objeto de actitud es beneficioso o dañino para uno mismo y para su propio bienestar. Asimismo, ayudaran a las personas a saber que pueden esperar de los demás y por tanto, hacen que el mundo sea más predecible.
4.4- Función de defensa del yo: tiene lugar cuando las actitudes contribuyen a mantener la autoestima personal o la autoestima basada en el grupo al que se pertenece. Esto puede dar lugar a actitudes prejuiciosas, al evaluar negativamente a personas de otros grupos sociales (exogrupos). Finalmente, hay que tener en cuenta que una misma actitud puede desempeñar diferentes funciones para distintas personas. Asimismo, una misma actitud puede tener varias funciones para una misma persona.
5-  ¿CUÁL ES LA RELACIÓN DE LAS ACTITUDES CON EL COMPORTAMIENTO?
Una de las razones por las que las actitudes son importantes es por la influencia que tienen sobre el comportamiento. Podría decirse, por tanto, que las actitudes no siempre influyen sobre el comportamiento, o que los componentes afectivos y cognitivo no siempre están en estrecha concordancia con el componente conductual. El grado de influencia de las actitudes sobre el comportamiento ha llegado a ser uno de los tópicos más estudiados dentro del campo de las actitudes.
5.1- Factores que afectan a la influencia de la actitud sobre la conducta: como se ha dicho, hay factores contextuales que estarían influyendo en la relación actitud-conducta y que pueden resumir en las normas sociales y la presión temporal.
- Las normas sociales se refieren a las reglas que indican como las personas, supuestamente han de comportarse en una situación dada. Por este motivo, algunas veces las personas puede que no expresen sus actitudes porque, si lo hacen, serian contrarias a las normas aceptadas en una situación social.
- La presión temporal se refiere, como su propio nombre indica, a aquellas situaciones en las que no hay tiempo suficiente para elaborar la respuesta que se requiere. Es decir, en las situaciones en las que se tiene que actuar rápidamente, la influencia de la actitud sobre la conducta va a ser mayor que en aquellas en las que no hay presiones y en las que los individuos tienen tiempo para pensar en la información disponible con más detenimiento.
También señalar un tercer factor a tener en cuenta a la hora de analizar las características del contexto que influyen sobre el vinculo actitud-conducta: la elección misma de las situaciones en las que se desea participar. Las personas tienden a preferir situaciones que les permitan mantener una coherencia entre sus actitudes y sus conductas, es decir, situaciones en la que lo que se piensa y lo que se hace coincide. Este tipo de situaciones, a su vez, fortalecen la actitud, de manera que esta predice aun mejor el comportamiento. Un factor asociado a la propia actitud que influye en la relación entre actitud y conducta es su especificidad. Entendemos por especificidad el grado de precisión con el que están definidas la actitud y la conducta relacionada con ella. Además de los factores asociados a la propia actitud y al contexto, hay un aspecto relativo a los individuos que merece ser mencionado por la influencia que tiene sobre el vínculo actitud-conducta. Se trata de la autoobservación o dicho de otro modo, de la relativa tendencia de los individuos a regular su comportamiento basándose en acontecimientos del exterior, como pueden ser las reacciones o las expectativas de los demás (alguien con elevada autoobservación) o basándose en factores internos, como sus propias creencias, actitudes, intereses. Por tanto, quienes tienen una baja autoobservación mostrarán mayor coincidencia entre su actitud y su conducta, mientras que los que tengan alta autoobservación mostrarán mayor incoherencia entre ambas.
5.2- La teoría de la acción razonada: con el propósito de comprender la influencia de las actitudes sobre el comportamiento, se debería distinguir entre dos tipos de actitudes. Por una lado estarían las actitudes generales hacia objetos que pueden ser: físicos, personas y/o grupos, instituciones, políticas, eventos y cualquier otro objeto actitudinal más general y abstracto. El segundo tipo de actitudes son las referidas a la realización de una conducta en relación con un objeto de actitud. A este último tipo de actitudes se les conoce como actitudes hacia el comportamiento y son el objeto último de la teoría de la acción razonada.
- La teoría de la acción razonada estudia los procesos psicológicos que intervienen entre la activación de una actitud y la respuesta conductual llevada a cabo hacia dicho objeto. Fue diseñada para explicar y predecir el comportamiento humano en contextos específicos y es aplicable a conductas deliberadas. Esta teoría asume que la mayoría de los comportamientos están bajo el control del propio individuo y por tanto el principal determinante de la conducta será que la persona tenga intención o no de realizar ese comportamiento.
Las actitudes de la persona hacia la conducta en cuestión son el resultado de la suma de varios productos.
5.3- El modelo MODE: a veces las actitudes hacia determinados comportamientos pueden producir respuestas conductuales que no están mediadas por la intención de conducta, influyendo en el comportamiento de un modo más directo y automático.
Fazio y sus colegas dieron respuesta a esta pregunta planteando el modelo MODE, según el cual las actitudes ejercen su influencia sobre la conducta de dos maneras diferentes: la primera se basa en un procesamiento espontáneo y tiene lugar cuando se produce la activación automática de la actitud. Este modelo postula que el predominio del modo espontaneo sobre el deliberativo o viceversa, depende de dos factores: la motivación y la oportunidad; de hecho MODE son las iniciales de motivación y oportunidad como factores determinantes. En resumen, podemos decir que el estudio de las actitudes ha ocupado una parte considerable del trabajo de los psicólogos sociales, reflejando así su importancia. Las actitudes influyen en nuestras vidas de forma patente, a la hora de percibir el mundo que nos rodea o de interpretar los hechos que suceden a nuestro alrededor y afectan a nuestros comportamientos. Pero no siempre se da esa relación entre actitud y conducta. Para intentar explicar la influencia de la actitud sobre la conducta, se han descrito la teoría de la acción razonada, la teoría de la acción planificada y el modelo MODE.


COMENTARIO

FUNCIÓN EXPRESIVA DE VALORES

La función expresiva de valores es muy importante en nuestra vida diaria, permite manifestar a la persona lo que realmente piensa y siente o quiere que los demás sepan acerca de ella.


El interés primordial del acto comunicativo se centra en el emisor, que expresa en el mensaje sus propias emociones o sencillamente se expresa a sí mismo. La función expresiva hace referencia a cualquier manifestación de la propia interioridad del ser humano. 

Las actitudes son una expresión o reflexión de los valores generales del consumidor, su estilo de vida y perspectiva del mundo. Mantiene una actitud positiva y reflejan orientación.




GLOSARIO

CONDUCTA: comportamiento de una persona o un animal.

CONDICIONAMIENTO: es la producción de una conducta por un estímulo sólo si se da una condición o el fortalecimiento de una conducta si se da la condición de que sea reforzada.


TRIPARTITO: que está formado por tres partes o miembros.



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